Aunque gran parte de los artículos de la canasta familiar tienen un aumento de precios que altera el bolsillo de la ciudadanía, el Gobierno destaca que Bolivia tiene la menor inflación de la región, con 3,1 por ciento en 2022.

Sin embargo, especialistas afirman que Bolivia tiene una inflación reprimida que se controla con los altos subsidios a los alimentos e hidrocarburos, además consideran que los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) no representan la realidad y el costo de los bienes que la gente consume.

Después de que se desatara la escasez de dólares en el país, diferentes artículos de la canasta familiar se elevaron. Es el caso del pollo, que llegó hasta los 19 bolivianos por kilo hace dos semanas; no obstante, en los últimos días se observa una disminución.

El tomate es otro artículo con un notable incremento. Se vende a 20 y 24 bolivianos la cuartilla, pese a que hace dos semanas estaba en 14 bolivianos. La carne de res se elevó en 2 bolivianos por kilo en sus diferentes cortes.

El huevo pasó de a 70 centavos la unidad a 1,20 bolivianos. Un maple supera los 34 bolivianos. Artículos como mayonesa, gelatina, detergente, dulce de leche, shampoo y otros tienen un aumento de precio entre 1 y 2 bolivianos en cada unidad.

Sin embargo, los abarrotes (arroz, azúcar, fideo, aceite y harina) no registran variación.

Entonces, ¿por qué el Gobierno habla de una inflación baja? Para el economista Jaime Dunn, los reportes del INE no reflejan la realidad.

“Las estadísticas del INE no representan realmente los bienes y servicios que la gente de a pie consume. Al ser un promedio estadístico, hay productos muy por encima o por debajo de ese promedio, lo que se ve es un promedio. (…) Sólo se consumen unos cuantos ítems de los cientos que el INE registra”, explicó.

Para el economista Germán Molina, el país tiene una inflación reprimida, que es contenida con los subsidios a los hidrocarburos, alimentos y servicios básicos. Además, al tener precios regulados, se obtiene información referente a los precios con una variación nula.

“La canasta de bienes que se usa se ha hecho en gestiones pasadas, no está actualizada y cuando uno va al mercado se encuentra que los precios suben y no se reflejan en el Índice de Precios al Consumidor (IPC)”, explicó.

El IPC se obtiene a partir de la realización encuestas al comportamiento del precio de 513 productos y servicios, tomando en cuenta 2016 como año base. El promedio de la variación del precio de todos los productos y servicios se convierte en el IPC.

Por otro lado, Molina indicó que la inflación se mantendrá todo este año y recomendó al Gobierno reducir el gasto público.

“Con ello la inflación no subirá, el IPC reflejará lo que pasa en la economía, no como ahora que los precios en los mercados son mayores a los que dice el IPC”. dijo el especialista.

/RI/Fuente: Los Tiempos

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