El céntrico mercado fue construido para 1.070 anaqueles, distribuidos en sus 60 rampas, pero muchos de los puestos, en especial en los niveles inferiores, permanecen cerrados y se volvieron refugio de antisociales.

Los ciudadanos casi ya no ingresan al mercado Lanza, los anaqueles que se encuentran en “el sótano” están abandonados, sólo abren uno o dos por fila. Muchos antisociales usan esos espacios casi deshabitados como mingitorios y basureros, además aprovechan esos lugares para atracar a los transeúntes y a los comerciantes.

Este mes, 17 personas fueron detenidas en el mercado durante dos operativos policiales. El 6 de junio, cuatro antisociales amedrentaron e intentaron robar a una comerciante. La mujer pidió ayuda y sus compañeras salieron en su defensa.

Tres días después, la Policía montó un operativo y detuvo a 13 personas que consumían bebidas alcohólicas y fumaban marihuana. Una de ellas guardaba un cuchillo de cocina en su mochila para cometer ilícitos.

Eugenia, una de las vendedoras, contó que reciben amenazas de estos grupos de delincuentes. “La Policía viene un rato y después no tenemos controles. Ellos (los antisociales) pasan con palos y ya no sabemos dónde ir a quejarnos porque si nos dan un palazo, nos dejan muertas. Todos los días pasan y caminan por los extremos”, dijo.

En el mercado, los asaltos son constantes, en especial en las noches. Una comerciante de joyas -que está en el primer nivel y que prefirió no dar a conocer su nombre- dijo que tienen seguridad, pero no se puede quedar en las noches. “Tenemos un portero que cierra el mercado, pero los delincuentes se ocultan en los lugares oscuros, en los espacios que hay entre los anaqueles. Se quedan a asaltar”, declaró.

Una de sus compañeras fue asaltada en diciembre de 2021. Forzaron el candado y se llevaron varias joyas en plata. “Nosotros tenemos que encontrar mecanismos de seguridad”, agregó la comerciante. Ellas optaron por colocar rejas metálicas, alarmas y cajas fuertes dentro de sus anaqueles para evitar asaltos. Ofrecen que el pago por las joyas sea virtual para manejar la menor cantidad de dinero.

Hay preocupación -también- por la denuncia de abuso sexual contra una adolescente dentro del módulo policial del mercado. Un uniformado fue enviado en mayo a la cárcel de forma preventiva por este caso.

La limpieza es otro problema del mercado. Muchos ciudadanos dejan basura por todo lado y las comerciantes ya no pueden mantener limpio todos los espacios. Algunos drenajes se taparon, los niveles inferiores se convirtieron en mingitorios.

En enero, el alcalde Iván Arias realizó una inspección al mercado Lanza, donde comprobó su estado de abandono y mostró “su molestia” por esta situación. “Quería tomarme un tecito con marraqueta y queso. Me dediqué a pasear y salgo con el hígado hinchado, adolorido y avergonzado. ¿Cómo este mercado, en pleno centro paceño, está tan abandonado? Voy a pedir cuentas a nuestros ejecutivos”, dijo.

Arias comprobó la situación del mercado Lanza. “Es doloroso (…) Hay mucho descuido, vamos a tomar cartas en el asunto; yo hago inspecciones rápidas in situ, no me la cuentan, ahora quedo sorprendido y entiendo el reclamo de las caseras”, dijo. “Al lado de sus puestos se orinan y botan basura desde arriba”, añadió.

En julio de 2010, luego de dos años, la comuna entregó el nuevo mercado Lanza a las vendedoras de 14 asociaciones de comerciantes. Al mes, las caseritas comenzaron a dejar el lugar. Era frío, oscuro, parecía un laberinto y sus clientes las dejaban. La Alcaldía intentó subsanar algunos problemas y colocó paneles de vidrio en los pisos superiores para evitar los fuertes vientos. Los sótanos quedaron casi abandonados por el intenso frío, en especial en época de invierno.

Los 14 accesos y salidas a las calles Evaristo Valle, Figueroa y a la plaza de Los Héroes se han convertido en un laberinto. No tienen señalización, las 60 rampas de subida y bajada se conectan con decenas de pasillos flanqueados por 1.070 anaqueles. Varios de ellos no conducen a los accesos, sino a rincones oscuros, donde el olor a humedad, cigarro, alcohol y orines se condensan en una nube helada y nauseabunda.

Otro problema es la falta de iluminación y el desmedido comercio informal en el exterior del mercado. “El compromiso de la Alcaldía era impedir el asentamiento de vendedoras a 300 metros a la redonda”, dijo una comerciante.

Desde 2021, la norma se incumplió cada vez más y la plaza San Francisco se convirtió en un mercado y lo propio sucede con las calles aledañas. “La Alcaldía ya no hace los operativos de control”, dijo.

Su construcción

Proyecto El mercado Lanza fue uno de los proyectos ejecutados en 2008 como parte del extinto Programa de Revitalización Urbana (PRU). Fue construido como un “mercado calle” con pasos peatonales para albergar a 1.070 anaqueles y también se ejecutaron otros proyectos complementarios, como la construcción de la pasarela Pérez Velasco, la peatonalización de la Evaristo Valle y la ampliación de la plaza Mayor de San Francisco.

Acciones Todas estas obras se realizaron con la finalidad de que esta céntrica zona no se convierta en un sitio congestionado y lleno de vendedores, como la Ceja de la ciudad de El Alto. También se ejecutaron otras obras, como el mercado Camacho o la construcción del PUC.

El alcalde Iván Arias prometió una “reingeniería” del mercado Lanza con nuevos accesos, mejoras en los sótanos, rampas de conexión y otras medidas. El proyecto resultará de un concurso, pero aún no hay fecha para la convocatoria.

“Estamos con financiamiento y lanzaremos un concurso de reingeniería (del mercado Lanza). (…) Las caseras ya no venden. Además, es ófrico (y frío), peor en este invierno”, dijo a Página Siete el alcalde.

“Tampoco se puede tumbar el mercado, por lo tanto, decidimos hacer una refuncionalización para saber qué hacer con este mercado. Me da pena, es una obra muy mal realizada y ahora lo que hay que tratar de hacer es arreglar lo más posible. Tenemos varios proyectos, ya se presentó uno”, dijo Arias y reconoció que hay problemas internos entre las comerciantes porque unas están de acuerdo y otras no.

“Hay que ver qué se hace con los sótanos, que se volvieron nidos de delincuentes, meaderos. ¿Qué hacemos? ¿Los cerramos? ¿Dónde sacamos a las personas que tenían puestos? Buscaremos propuestas de mejor iluminación y calefacción. Se propuso poner planchas para que comuniquen un sector con otro”, dijo. Sobre la fecha de la convocatoria, respondió: “No tenemos un plazo”.

/RI/Fuente: Página Siete

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