Foto: Hasta la anterior semana, la represa de Hampaturi tiene niveles bajos de agua.

ESPERAN QUE LAS PRECIPITACIONES SIGAN HASTA LLENAR LOS 10 EMBALSES DE LA PAZ Y EL ALTO

Las fuertes lluvias que se registraron en la sede de Gobierno subieron el nivel de las represas en un 15%, pero la cifra es baja considerando que el 2022, para las mismas fechas, los embalses estaban por el 80%.

En los últimos días, las intensas lluvias subieron, al menos, en 15% el nivel de las represas de La Paz. Según un reporte del Viceministerio de Agua Potable y Saneamiento Básico, las reservas están por el 65%. Pero, la autoridad recomendó a la población tener cuidado en su consumo.

“En enero las precipitaciones fueron menores si se las compara con las del 2022; es decir que el mes pasado teníamos menos el 20% al 25% de lo estimado. Por esta razón, teníamos una recarga de hasta el 50% (de las represas) al 30 de enero, cuando en el 2022 estaban al 80%. Sin embargo, este mes hubo bastante incremento y las represas de la ciudad de La Paz tienen una capacidad de almacenamiento del 65%”, declaró el viceministro de Agua, Carmelo Valda.

A principios de mes, las autoridades del Ministerio de Agua realizaron una inspección a ocho de los 10 embalses que tienen las ciudades de La Paz y El Alto, y verificaron que hasta el 3 de febrero, la reserva subió a 28,1 millones. Esta cifra equivale a, aproximadamente, la mitad de la capacidad total.

Valda espera que en el transcurso de los siguientes días continúen las lluvias y los embalses de las ciudades paceñas “sigan subiendo”. De esa manera se evitarán los problemas de abastecimiento en el transcurso del año.

Hasta 2016, el suministro de agua en La Paz y El Alto venía de cinco represas principales. Luego de la crisis de ese año se empezó la construcción de tres más y la puesta en marcha de cinco proyectos detenidos para prevenir una nueva emergencia.

Hoy, los embalses principales son 10. Cinco son antiguos: Tuni, Incachaca, Hampaturi, Ajuankhota y Milluni; y cinco nuevos: Hampaturi Alto, Janko Khota, Pampalarama, Chacaltaya y Alpaquita. Además, hay tres presas menores que en 2016 prácticamente desaparecieron, pero que ahora se recuperan: Kinkillosa, Estrellani y Sora Jahuira.

Todas juntas pueden almacenar 62,81 millones de metros cúbicos de agua. Suelen alcanzar este nivel máximo al final de la época de lluvias. Sin embargo, a un mes y medio de que éstas terminen, a finales de marzo, han superado la mitad de su almacenaje total. Esto se debe a que este año las lluvias llegaron tarde y las que ya empezaron todavía son escasas.

La anterior semana, el interventor de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (Epsas), Vladimir Iraizos, informó que ante las alertas de una nueva sequía que se dieron en junio, se tomaron varias medidas. “Si no, quién sabe, no hubiéramos podido llegar con el suministro de agua hasta 2023. Hemos hecho abducciones y conexiones para llenar nuestras represas”, sostuvo.

Según datos de Epsas, hasta el 3 de febrero, el único embalse que logró llenarse hasta el 94% de su capacidad es el Jankokhota. Esto se debe a que su volumen es de 3,1 millones de metros cúbicos y ya almacena 3,02 millones. Aunque es uno de los principales, es mucho más pequeño que la represa Tuni, que tiene almacenados 12,4 millones de metros cúbicos, tres veces más que Jankokhota. Con esta reserva apenas llega al 50,46% de su capacidad. La más pequeña, de las 10 principales, es Alpaquita. Hasta el viernes se acumularon 595.426 metros cúbicos de agua, lo que equivale al 42,92% de su capacidad de embalse.

La represa que tiene el menor porcentaje de llenado es Incachaca. Este embalse con 1,2 millones de metros cúbicos acumulados apenas cubre el 24,45% de su capacidad total. Pese al incremento, todavía piden a la población mantener un consumo responsable del agua.

Crisis del 2016

Evento En 2016, La Paz enfrentó una grave crisis de agua debido a la fuerte sequía que azotó al país. El evento climatológico se sumó a la creciente demanda de agua por el aumento de la población, la urbanización y la falta de inversiones en infraestructura de almacenamiento de agua.

Emergencia Como resultado, miles de familias tuvieron restricciones en el suministro de agua potable y tuvieron que buscar varias alternativas, como los camiones cisterna. La crisis afectó negativamente la economía local, la calidad de vida de la población y la preocupación sigue latente.

/RI/Fuente: Página Siete

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