De las atenciones solicitadas, 222 fueron de menores de 18 años de edad con problemas de ideación o intento de suicidio.

Con atenciones gratuitas, Unicef Bolivia atendió en poco más de tres años a 110.000 personas con problemas emocionales, en el marco de su programa Familia Segura.

En el Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra cada 10 de octubre, el organismo informó que, del total de llamadas atendidas, 222 fueron de menores de 18 años de edad con problemas de ideación o intento de suicidio.

Además, el 50% de pacientes reportaron tener niñas, niños y adolescentes bajo su responsabilidad.

Según la jefa de Protección de la Niñez y Adolescencia de Unicef, Virginia Pérez, la duración de la terapia depende del nivel de ansiedad o estrés del paciente, las situaciones que le están sucediendo y el diagnóstico.

“Algunos usuarios reciben terapia que se extiende por un tiempo largo, otros se centran en ayudar a gestionar los problemas presentes a corto plazo”.

La línea Familia Segura empezó a funcionar en abril de 2020 y brinda atención psicológica gratuita todos los días durante 18 horas continuas, de 06.00 a 00.00, a través de la línea gratuita 800-11-30-40 o al número WhatsApp 77797667 vía texto.

VOLUNTARIOS

La línea la atienden 66 psicólogos voluntarios entre bolivianos y extranjeros en turnos de seis horas. Después de que el usuario entra en contacto con una primera llamada, el profesional realiza un diagnóstico y se define la forma y el tipo de terapia que necesita la persona.

“El servicio de Familia Segura está ofreciendo respuesta a una demanda creciente de servicios de atención de salud mental en Bolivia. Las llamadas ingresan de todo el país, inclusive de zonas rurales muy remotas”, afirmó Pérez.

Advirtió que se debe tener en cuenta que ningún problema de salud mental es insignificante por lo que deben ser atendidas de forma oportuna.

“Las personas que llaman encuentran contención emocional en momentos de crisis, también orientación sobre cómo proceder en casos de violencia”, acotó.

APOYO

La profesional dijo que los adolescentes que llaman a Familia Segura buscan apoyo necesario para lidiar con los desafíos que los afectan.

También explicó que demandan herramientas de gestión emocional, mejorar sus habilidades de comunicación, consejos para establecer límites y orientación sobre cómo denunciar situaciones de violencia y abuso.

Entre los testimonios sobre cómo la línea les ayudó a lidiar con sus situaciones emocionales, está el de un joven de 25 años de edad, que relató que antes de llamar a Familia Segura estaba «muy mal».

“Cuando me escuchó (la psicóloga) y me hizo ver que, además de mi pareja, tengo una vida por delante, he vuelto a estudiar y tener amigos”.

Pérez enfatizó en que el área de salud mental de Unicef se centra en garantizar la actuación y la inversión para promover y proteger la salud mental de niños y adolescentes, y poner fin a la negligencia, los abusos y los traumas infantiles que provocan mala salud mental y malos resultados en la vida.

VÍA: LA RAZÓN

Por webmaster

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