Foto: Carlos López. / El tren metropolitano recorre la línea roja, de San Antonio a Agronomía, hacia el sur.

Cochabamba

A un mes de la inauguración de la línea roja y parte de la verde del tren metropolitano, desde la Asociación de Ingenieros Eméritos de Cochabamba (Aiseme) se identificó que al menos tres aspectos frenan el funcionamiento al 100 por ciento del nuevo sistema de transporte.

Entre las debilidades detectadas se encuentran aspectos técnicos, económicos y sociales que deberían ser superadas a corto plazo, indicó ayer el representante de Aiseme Gonzalo Maldonado. Otros expertos en movilidad urbana comparten la postura.

Explicó que, en esta etapa, la administración del tren debe apuntar a avanzar en la sostenibilidad, porque de momento no es viable que hablar de rentabilidad.

“Mínimo debe cubrir sus necesidades de operación y mantenimiento como nuevo sistema. En este momento, todo está tan desordenado que ni siquiera hay un precio o tarifa, pese a que, según un estudio de factibilidad que se hizo conocer en 2015, debería ser entre 3 y 3,50 bolivianos el pasaje”, puntualizó.

Maldonado sostuvo que si bien en desde el 13 de septiembre a la fecha hay bastante afluencia para acceder a los recorridos gratuitos, todavía no se puede decir que será el medio preferido por la población para trasladarse, porque su uso en este momento todavía no es masivo.

“Las personas que lo han utilizado dicen que es un buen producto, porque ven el material de los equipos, de los vagones que han sido fabricados por una firma de Suiza que los hizo en Bielorrusia, pero no se puede negar que hay dificultades técnicas y económicas”, complementó.

El ingeniero comentó que entre los cuestionamientos técnicos está la recepción provisional de la obra.

“La recepción provisional se hace cuando una obra está acabada y de allí surgen interrogantes que hay que subsanar en un plazo de 90 días, pero en este caso no está terminada y el Gobierno lo recibió e hizo pública la operación del sistema y allí recién se están dando cuenta de que hay deficiencias”, subrayó.

Ante esta situación, Maldonado dijo que lo ideal es que se paralice la operación del tren hasta que se concluya con la línea verde.

Otro experto en movilidad urbana afirmó que los beneficios no son visibles porque el proyecto no fue concluido, motivo por el que el tren sólo se puede usar para hacer un turismo precario sin un impacto significativo.

La línea roja, hacia el sur, es la única terminada; la verde, al valle bajo, está en 90 por ciento, y la amarilla recién se ejecutará.

Transporte pide socialización

El ejecutivo de la Central del Transporte de Quillacollo, Martín Mamani, anunció que se enviará una nota a la Unidad Técnica de Ferrocarriles (UTF), dependiente del Ministerio de Obras Públicas, para que pedir una reunión de socialización sobre la señalética y el funcionamiento del tren.

“Necesitamos saber cómo será la señalización, especialmente en los cruces y avenidas adyacentes. Por eso es importante la socialización. Tiene que explicar cada qué tiempo van a pasar los vagones del tren. En Quillacollo hay tres paradas, si no se hace esto, va a haber un caos vehicular, especialmente en la avenida Martín Cárdenas y 6 de Agosto”, puntualizó.

/RI/Fuente: Los Tiempos

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